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Arturo Ramírez: Mi testimonio de éxito en el Modelo Educativo Azteca

El compromiso de las escuelas de Fundación Azteca trasciende la simple transmisión de conocimientos de calidad. Su objetivo está en transformar profundamente las vidas de jóvenes de escasos recursos, brindándoles una educación de calidad que abre puertas a oportunidades aparentemente inalcanzables.

 

No solo se trata de formar estudiantes, sino de forjar ciudadanos comprometidos con la construcción de un México más fuerte y próspero. El Modelo Educativo Azteca se cimienta en la enseñanza de tecnologías de vanguardia, como la programación y los algoritmos, dotando a sus egresados de herramientas indispensables en el competitivo mundo laboral actual. Pero no es solo eso. Fundación Azteca de Grupo Salinas siembra en cada uno de nosotros la semilla de la resiliencia, la creatividad y la dedicación, cualidades esenciales para enfrentar los desafíos de cualquier industria o ámbito profesional.

 

Este modelo tiene una doble virtud única: desarrolla habilidades altamente demandadas en el sector tecnológico, pero también prepara a sus estudiantes para ser exitosos en cualquier campo, sin importar si su futuro profesional sigue un camino distinto.

 

En mi caso, haber sido parte del Modelo Educativo Azteca fue un catalizador. Me permitió comprender con mayor profundidad y velocidad la transición que viven hoy las ciencias sociales hacia un enfoque más computacional. Esta ventaja me ha permitido destacar en mi trayectoria educativa en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y en la Universidad Karlova de Praga, República Checa. Además me ha ayudado a sobresalir en mi carrera profesional en el análisis de datos electorales, geográficos y en mi desempeño en proyectos de cooperación internacional.

 

El verdadero testimonio del éxito del Modelo Educativo Azteca somos sus egresadas y egresados. Hoy, gracias a esta formación, hemos accedido a oportunidades educativas y laborales que antes solo eran un sueño distante. En la esencia de nuestro éxito está el poder transformador de una educación de calidad. Este es el camino hacia un México más justo, más equitativo y lleno de esperanza.

 

Arturo Ramírez Ramírez

Egresado de Plantel Azteca Ciudad de México

El compromiso de las escuelas de Fundación Azteca trasciende la simple transmisión de conocimientos de calidad. Su objetivo está en transformar profundamente las vidas de jóvenes de escasos recursos, brindándoles una educación de calidad que abre puertas a oportunidades aparentemente inalcanzables.

 

No solo se trata de formar estudiantes, sino de forjar ciudadanos comprometidos con la construcción de un México más fuerte y próspero. El Modelo Educativo Azteca se cimienta en la enseñanza de tecnologías de vanguardia, como la programación y los algoritmos, dotando a sus egresados de herramientas indispensables en el competitivo mundo laboral actual. Pero no es solo eso. Fundación Azteca de Grupo Salinas siembra en cada uno de nosotros la semilla de la resiliencia, la creatividad y la dedicación, cualidades esenciales para enfrentar los desafíos de cualquier industria o ámbito profesional.

 

Este modelo tiene una doble virtud única: desarrolla habilidades altamente demandadas en el sector tecnológico, pero también prepara a sus estudiantes para ser exitosos en cualquier campo, sin importar si su futuro profesional sigue un camino distinto.

 

En mi caso, haber sido parte del Modelo Educativo Azteca fue un catalizador. Me permitió comprender con mayor profundidad y velocidad la transición que viven hoy las ciencias sociales hacia un enfoque más computacional. Esta ventaja me ha permitido destacar en mi trayectoria educativa en el Centro de Investigación y Docencia Económicas y en la Universidad Karlova de Praga, República Checa. Además me ha ayudado a sobresalir en mi carrera profesional en el análisis de datos electorales, geográficos y en mi desempeño en proyectos de cooperación internacional.

 

El verdadero testimonio del éxito del Modelo Educativo Azteca somos sus egresadas y egresados. Hoy, gracias a esta formación, hemos accedido a oportunidades educativas y laborales que antes solo eran un sueño distante. En la esencia de nuestro éxito está el poder transformador de una educación de calidad. Este es el camino hacia un México más justo, más equitativo y lleno de esperanza.

 

Arturo Ramírez Ramírez

Egresado de Plantel Azteca Ciudad de México